Rode On The Steel Breeze



martes, 1 de febrero de 2011

El Juego.


Salir fuera del tiempo, presenciar el juego, Los peones y la Explosión. Hay una canción que ya no recuerdas que hablaba sobre esto. Esa melodía nunca más volverá a sonar. ¿O sí? Las figuras se comparan, se disponen a iniciar. Hay algo que late dentro de sus corazones, pero han hecho ya demasiado para callarlo. Pequeñas e insignificantes marionetas sin convicción alguna, se tiñen lentamente de sangre. Una, dos, tres, cuantas sean necesarias. ¿Pero eso importa acaso? Es por la gloria, vale la pena amordazar cualquier sentimiento. Algunos colores desaparecen, otros vuelven a vivir. Podría ser una danza agónica, si te sintieras mejor viéndolo así. Ya no es necesario ser bueno, ni cortés, más bien es mejor estar anestesiado, para que los gritos y el dolor terminen por estimular la marcha. Mientras te cuestionas esto desde tu lugar, dos peones más caen, uno en cada frente. El polvo cubre sus rostros, así como su memoria. Ya no importan, sólo les queda desaparecer por completo. Alguien piensa en ellos, pero ya ha pasado demasiado tiempo. Finalmente los grandes titiriteros se miran, se miden, desparraman en el tablero palabras con aire ceremonial. Nadie más habla allí. Las marionetas tienen mucho más que decir, pero no les queda voz. Los poderosos, los dueños del escenario, grandiosos actores, estrategas, han finalizado las negociaciones. Se estrechan las manos, intercambian sonrisas de acero y algo más. Todo ha terminado, deben ocultar uno o dos detalles bajo el Sol. Las figuras que no hayan sido quemadas, cuyas fuerzas aún puedan ser utilizadas, volverán a la caja. Serán héroes, agasajados con diversos objetos de metal, quizás hasta un monumento, una poesía burlesca. Fuera de la caja, los señores se repartirán piezas amistosamente. Y dentro, se hará todo lo necesario para que nadie se sienta triste. Se cubrirá todo con flores de papel y se alumbrará y perfumará el ambiente. Se hará un circo alrededor de los hechos, con desfiles gloriosos y demás. Se representará todo de forma triunfal y artística, ¡y con suerte algunos hasta amarán más aún su lugar! Puede que sea necesario callar a quienes siempre estorban, lo común. Hasta que finalmente, nadie dentro de la caja recordará nada. ¿Suena la melodía en algún lugar de ti? ¿Tú recuerdas el juego, acaso?
Yo no lo olvido, y nunca me permitiré hacerlo. 

martes, 25 de enero de 2011

Oveja Blanca, Oveja Negra.

Oveja Blanca, convencional dentro de una mayoría de ovejas blancas, siempre dispuestas a darte la espalda por verte demasiado negra. Rompé el cristal!
Oveja Negra, convencional dentro de una minoría de ovejas negras, siempre dispuestas a darte la espalda por verte demasiado blanca.  Rompé el cristal!
Oveja Blanca, orgullosa de no ser Negra pero no de ser Blanca en sí.
Oveja  Negra, orgullosa de no ser Blanca pero no de ser Negra en sí.
Oveja Blanca, jactándote junto con tus pares, tachando a las ovejas Negras de raras, estrambóticas o reaccionarias.
Oveja Negra, jactándote junto con tus pares, tachando a las ovejas Blancas de mediocres, poco originales y conformistas.
Oveja Blanca, pensando en cómo los perros te guían, con cierta preferencia, ya que no sos una repulsiva oveja Negra!
Oveja Negra, pensando en cómo los perros te guían, con cierto rencor, ya que no sos una sumisa oveja Blanca!
Oveja Blanca, en el fondo te gusta pensar que sos parte de la fuerza encargada de mantener el orden y las cosas como están, porque es mejor para todos (o al menos para vos).
Oveja Negra, en el fondo te gusta pensar que sos parte de la fuerza encargada de combatir y cambiar con el orden, porque es mejor para todos (o al menos para vos).
Oveja Blanca, tan segura estás de tu color? Yo te he visto alguna vez haciendo una estupidez digna de una oveja Negra. Qué pasaría si las otras Blancas se enteraran?
Oveja Negra, tan segura estás de tu color? Yo te he visto alguna vez haciendo una estupidez digna de una oveja Blanca. Qué pasaría si las otras Negras se enteraran?
Oveja Blanca, cuando estás sola, sin el respaldo de tu grupo, no tiemblan tus esquemas?
Oveja Negra, cuando estás sola, sin el respaldo de tu grupo, no tiemblan tus esquemas?
Oveja Blanca, en un lugar de tu corazón te sentís como una Oveja Negra, aunque te duela, y sabés que estás encerrada en un corral.
Oveja Negra, en un lugar de tu corazón te sentís como una Oveja Blanca, aunque te duela, y sabés que estás encerrada en un corral.



En algo somos iguales con la soga al cuello

martes, 28 de diciembre de 2010

Verborragia.

Ahora mismo estoy viajando, no sabés hacia dónde, no tenés idea. Si supieras te morirías de envidia, que divertido sería ver tu imaginación desangrarse, por una vez. Mirá las risas, no las escuches, tratá de transformarlas en un cosmos florido. Ahora hacelas bailar. ¿Podés sentirlas, rozándote? Yo ahora mismo me estoy fundiendo en ellas.
''La gente era tan cuadrada, que cómo no íbamos a ser diferentes a ellos?'' O quizás demasiado iguales... Estrellas inalterables, pretensiosas, que no pueden brillar porque perdieron la costumbre de hacerlo. En el fondo no puedo distinguir entre vos y yo, y entre nosotros y ellos. ¿A alguien le importa? La respuesta es, lógicamente, un “No” rotundo y cuadrado.
Pero eso es totalmente irrelevante hoy, que estamos bajo un nuevo cielo. ¿Nuevo cielo? No será que alguien eclipsó los Soles del viejo, y este es provisorio, por si acaso alguien note la ausencia? Who knows. En inglés, eh?
Del mismo color que te recuerdo, solo y calmo. Con la misma voz que estrellaste contra mí. Los mismos gestos indescifrables, las mismas sombras escondidas entre los dos. Sólo cambió la atmósfera, cambiamos árboles por un corredor, pero los colores al final son los mismos.
Puedo cambiar este mundo a cualquier color que te guste, pero tenés que prometer que cuando te sientas eclipsado vas a hacer que tu dolor se convierta en música, y la música en luz, y la luz en un Sol que descubra otro universo. Es una metamorfosis interesante.
Me recuerda a cierto hombre que fue devorado por sus monstruos internos, quienes lo consumieron hasta hacer desaparecer su esencia. Pero sabés qué? Él jamás se enteró.



jueves, 23 de diciembre de 2010

Otras dimensiones, otros sonidos. Un final abierto para una historia sin comienzo. Una pluma para darle por fin resolución. Un alma en pena. O dos. O muchas más.
Mi llamada inoportuna.
Vos, con el seño fruncido, tratando de averiguar qué dice una canción.
¿Qué es más importante?
Escuchás todo lo que te digo (raro en vos).
La canción sigue sonando, pero ya nadie la escucha.
Es que hay alguien cuyo canto es mucho más genuino, pero no sabés dónde está. Yo sí. Está en una pluma. Y en la pluma está el final para una historia. Sí, ya sé que no te interesan las historias, pero te digo que esta vez no estoy imaginando nada descabellado.
Sé que hasta vos te sentís intrigado de vez en cuando.
Dale, por favor, hacelo por mi, sí? 


Te agradezco.
Aunque ya no puedas (o no quieras) escucharme.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Contra la pared.

Ellos quieren verte contra la pared, verdad?
Pues bien, tenés que soportarlo.
Tenés que soportarlo porque te dicen que a nadie le importa.
Y si a alguien le importara, pues también él estaría contra la pared.

Ellos están mintiendo, no es así?
Bueno, tenés que hacer silencio.
Tenés que hacer silencio porque te convencen de que es correcto.
Hipócritamente correcto.


Bien, yo creo que callarse no es tan correcto.
Y creo que estar contra la pared no es tan malo.
Y, definitivamente, no serás el único al que acorralen.
Porque Ellos nos escupen a todos.
Y llegará un día en que nadie soportará más.
Y todos gritaremos.
Y cuando se oiga nuestra voz, qué será de ellos?


Serán sólo ecos de una rebelión insoslayable.


viernes, 17 de diciembre de 2010

Ciego, loco.


El campanario, casi secretamente, cobraba vida al llegar el Sol y resonar sus campanas. Éstas creaban una música indestructible, acorazada. Esa música destruía toda noción de tiempo. En un oscuro rincón, dos estatuas de piedra con los ojos de bronce discutían acerca del afuera.

-          ¿Qué ves allá, más allá de este ruido de badajos?
-          Pues, lo mismo que tú deberías ver: nada.
-          ¿Absolutamente nada? ¿Y no te preocupa eso?
-          ¿Qué debería preocuparme? Soy feliz aquí, o al menos no soy infeliz. ¿Acaso tú puedes advertir algo más, fuera de aquí?
-          Sí, sí que puedo. Puedo ver cientos de planetas, como diamantes. Puedo ver un cosmos de flores, y grandes cintas de fuego entrecruzándose.
-          Ah, pues entonces tú estás totalmente loco, TO-TAL-MEN-TE.
-          Sería fantástico salir e ir allá, realmente fantástico.
-          ¡Y encima de todo quieres ir, para volverte más loco aún! ¡Dios Santo!
-          No sabía que las gárgolas creían en Dios… ¿No estarás contagiándote de los modos de quienes habitan bajo el campanario?
-          ¿Qué hay si lo hago?
-          Si te estás contagiando de ellos, entonces estás totalmente loca, LO-CA. Y si te sigues dejando influenciar por los hombres de ahí abajo te volverás más loca aún, no crees?
-          Deja de decir estupideces, mi forma de hablar no tiene nada que ver ni con fuego ni con planetas ni nada de eso.
-          Por supuesto que no, mis planetas son mucho más interesantes
-          Eres un inútil. Puede ser que sean ‘’más interesantes’’, pero nunca podrás verlos en realidad.
-         Sí puedo verlos. A diferencia de ti, a mi no me dan miedo las cosas nuevas. Daría cualquier cosa por salir. A demás, imagínate esa música. ¡Música de fuego, en vez de campanas!
-          Nosotros tenemos prohibido el fuego en el campanario… ¡De cualquier forma, allá no es como aquí!
-          Esa es la idea.
-          No, idiota, me refiero a que allá sí hay… ya sabes, tiempo.
-          ¿Y a mi qué? Prefiero morir con los ojos llenos de universos, antes que vivir por siempre en este mundo muerto. Quizás tú deberías pensar en la misma opción de vez en cuando…
-          No, yo no necesito esas cosas, y a demás no las quiero.
-          Es una pena, porque voy a salir y si vuelvo será con la canción más hermosa de todas en el corazón.
-          Haz lo que quieras, odio lidiar con tus delirios. Estás ciego.
-          Yo odio lidiar con tus limitaciones, eres tú la que está ciega. ¡Adiós!

La gárgola abandonó rápidamente el campanario,  batiendo sus alas de piedra por encima del sonido metálico. Con la respiración agitada llegó finalmente afuera. Cuando sus patas atravesaron la salida, la figura dentro del campanario vio como todo el cuerpo de su anterior compañero se desplomaba, se quebraba, se reducía a polvo y volvía, con el viento, a su lugar. El tiempo había obrado velozmente, dejando al loco hecho cenizas.
Se acercó temerosa a los restos. Los dos ojos de bronce aún conservaban un brillo, pero éste era diferente. Al recoger lenta y cuidadosamente el polvo y los ojos, pudo ver reflejado en los suyos lo que había oído decir a la gárgola muerta.
-          Cientos de planetas… Como diamantes… Un cosmos de flores… y grandes cintas de fuego… Entrecruzándose…
Y las palabras de la estatua loca se confundieron con las de la otra, y a ella le pareció recordar una sonrisa en la cara de su compañero antes de desaparecer.
Por fin escuchó entrar en su corazón una bella melodía, con acordes vivos, y voces  de fuego.
Y pensó, por un momento, que él tenía razón, que la ciega era ella.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Fènix

Primavera, viento, canción, un poco de luz para tu vida enjaulada. Siempre tratás de ser vos, más allá de todo, más allá de todos. Aún así, no lográs sentirte por completo fuerte, veraz.
Te has obsesionado con tu pequeño mundo vidrioso, irreal. Jugás con él, das vuelta las reglas y te perdés, de repente. Cuidás tus laberintos y tus rosas, encendés el Sol con versos.
Pero a pesar de esto, a veces sentís que no podés cambiar tu universo, pero estás equivocado. Y es que demasiadas veces ya te han dicho que no podés crear, que no sos lo suficientemente valioso, que nadie puede quererte. Demasiadas veces has sido defraudado como para no sentirte algo frágil.
Tu orgullo, tu grande y casi perversa soberbia esconden un mínimo ser que no puede volar, pues sus alas están llenas de alquitrán. Aunque se te infle el pecho al pensar en todo lo que has podido sobrellevar, sabés que algo en vos se quebró hace mucho. Arrogante, perspicaz, inestable, voluntarioso. Pero en un mundo encerrado.
Sos un hermoso fénix que no alcanza a prenderse fuego.
En tu esfuerzo por no ser derribado, has buscado refugio en un simple, rudimentario ‘’Quienes me lastimaron merecen dolor, merecen mi odio’’. Supongo que has aprendido ya a ser distante, a parecer un extranjero vayas a donde vayas. En el fondo, mutar el dolor en odio no te ha servido de nada. Y lo sabés. Y también sos perfectamente consiente de que es esa violencia la que te impide encender tus alas y volar, como siempre has querido. Porque la verdad es que naciste para bailar con la brisa, y no tengo duda de que bailando terminarás.
Sólo tenés que deshacerte de la llaga, y este es tu máximo grito de socorro.
Ahora bien, cómo vas a hacer para ser libre otra vez, para recuperar tu fuego?

Còmo vas a renacer de tus cenizas?