Rode On The Steel Breeze



jueves, 16 de diciembre de 2010

Fènix

Primavera, viento, canción, un poco de luz para tu vida enjaulada. Siempre tratás de ser vos, más allá de todo, más allá de todos. Aún así, no lográs sentirte por completo fuerte, veraz.
Te has obsesionado con tu pequeño mundo vidrioso, irreal. Jugás con él, das vuelta las reglas y te perdés, de repente. Cuidás tus laberintos y tus rosas, encendés el Sol con versos.
Pero a pesar de esto, a veces sentís que no podés cambiar tu universo, pero estás equivocado. Y es que demasiadas veces ya te han dicho que no podés crear, que no sos lo suficientemente valioso, que nadie puede quererte. Demasiadas veces has sido defraudado como para no sentirte algo frágil.
Tu orgullo, tu grande y casi perversa soberbia esconden un mínimo ser que no puede volar, pues sus alas están llenas de alquitrán. Aunque se te infle el pecho al pensar en todo lo que has podido sobrellevar, sabés que algo en vos se quebró hace mucho. Arrogante, perspicaz, inestable, voluntarioso. Pero en un mundo encerrado.
Sos un hermoso fénix que no alcanza a prenderse fuego.
En tu esfuerzo por no ser derribado, has buscado refugio en un simple, rudimentario ‘’Quienes me lastimaron merecen dolor, merecen mi odio’’. Supongo que has aprendido ya a ser distante, a parecer un extranjero vayas a donde vayas. En el fondo, mutar el dolor en odio no te ha servido de nada. Y lo sabés. Y también sos perfectamente consiente de que es esa violencia la que te impide encender tus alas y volar, como siempre has querido. Porque la verdad es que naciste para bailar con la brisa, y no tengo duda de que bailando terminarás.
Sólo tenés que deshacerte de la llaga, y este es tu máximo grito de socorro.
Ahora bien, cómo vas a hacer para ser libre otra vez, para recuperar tu fuego?

Còmo vas a renacer de tus cenizas?


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