Eh, vos, que siempre estás mirando con los ojos cerrados.
Vos, que no sabés ya qué ver en esta ciudad.
Vos, el de los ojos muertos y vacíos.
Vos, que te olvidaste de mí.
Vos, amordazado y gris.
Vos, solo.
¿Querés escucharme, por una vez? Quiero que sepas algo.
Todo lo que ves, todo lo que creés que ves, astutamente, todo eso no existe.
Esa sonrisa forzada que mostrás con tanto orgullo, ese pantalón de marca, ese peinado de moda, ese caminar… Todo es mentira…
Podés, no digo que no, refugiarte ahí. Podés esconderte durante años, incluso toda tu vida. Es algo muy normal, muy cómodo, muy ‘’feliz’’. Es la realidad de muchas personas, pero no es tu realidad. Bah, al menos yo desearía que no lo fuera.
Me gustaría que trataras de mirar mejor, que intentaras descubrir más de lo que otros quieren, más de lo que aprueban. Buscá dragones, buscá flores, buscá susurros en la brisa.
Perdete en las calles, mostrate como un loco, un indecente. Transformá el dolor en canciones, cantá a gritos.
No te asustes si te ven como un indigente en esta ciudad soñada, dibujada por idiotas. Pintá una nueva realidad, escudriñá en el fondo de tus recuerdos para poder eliminar todas tus estructuras y ser libre, estar indefenso pero vivo.
Y por favor, cuando lo hagas, arrástrame con vos, que yo también quiero despertar…
Porque yo también a veces miro con los ojos cerrados.
Yo también me pierdo y no sé qué ver en esta ciudad.
Yo también suelo tener los ojos muertos y vacíos.
Yo también, aunque no quiera, me olvido de vos.
Yo también me veo amordazada y gris.
Y yo también estoy sola.
Pero vivo.
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